Es la familia, la célula social de una comunidad, de un pueblo, de una nación y, en la sumatoria, del mundo entero. Y en estos conjuntos, precisamente, se funda la convivencia con la premisa de que, cuanto más ordenada funcione, mayor será el beneficio general para sus integrantes, donde esa condición individual naturaliza espontáneamente un efecto multiplicador que, a la postre, podría anidar con extensión de tendencia universal. Luego, cuanto más sistematizada transcurra una sociedad, tiende a generalizarse el bienestar, y sin la necesidad funcional de claudicar en ningún asunto de estricta justicia.

Sin embargo, la estimación del párrafo anterior se deteriora inexorablemente y en todos sus aspectos cuando existen grupos de personas solo abocadas a integrar un sector de la sociedad, donde prima la ideología radicalizada, y de ese modo desdeñan los valores básicos, necesarios para conformar una sociedad normal. (más…)