Mar 2 Ago 2011
Cuando ser argentino marca la diferencia
Posteado por Carlos Evasio Maggi en Experiencias
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Eran las 10,05 horas de un día ventoso y nublado, en la primera semana de mayo, cuando nuestro avión posaba suavemente sobre la pista del aeropuerto; enorme complejo denominado Heathrow; en el cual tendría que realizar el trámite de ingreso al país y, posteriormente, recuperar mi valija.
Comencé por hacer una nutrida cola en la pasarela definida con cintas azules; la que pronto estableció dos alternativas: “comunidad europea y norteamericana” por aquí, y “el resto” por allá, al otro lado. De este modo me vi mezclado con africanos, centroamericanos, hindúes, etc.; y delante mío un individuo con indumentaria de monje Shaolin; todos pasaron con bastante rapidez, hasta que llegó mi turno. La persona de migraciones, una corpulenta morena, con evidente ascendencia afro, que al mostrarle el pasaporte me miró fijamente y exclamó en idioma local:
-¿Argentino?
-Sí, respondí con cierto orgullo en la voz.
-Entonces espere allí sentado-expresó, señalando una rústica silla-
Pasaron unos quince minutos al tiempo que ella efectuó una comunicación telefónica, y mi ansiedad iba en aumento hasta que apareció un señor, algo entrado en años, y con buen talante me preguntó en inglés:
-¿Comprende nuestro idioma para entablar un diálogo?
-No lo suficiente- respondí, y agregué-¿Podría ser en italiano?
Sí, puedo hablarlo-dijo, y luego prosiguió-
-¿A qué viene usted al Reino Unido?
-Por una visita turística y cultural; después de Londres iré a Oxford y Cambridge; además de Liverpool-manifesté-
-¿Se quedará por mucho tiempo?
-Menos de un mes-repuse-
-¿Con quién viaja?
-Solo-contesté-
-¿Dónde se alojará en Londres?
-En Lillie Road, nº… -dí la dirección de mi hotel-
-¿A qué se dedica en su país?
-Soy profesional universitario en ciencias económicas, investigador y escritor.
-Bueno señor, bienvenido a Inglaterra y que disfrute la estadía en mi país- manifestó con notable simpatía-
Ni tuve tiempo para darle las gracias, porque me quedé boquiabierto y él raudamente se alejó del lugar. Entonces volvió mi corazón a ocupar su sitio y mientras iba por la valija me preguntaba: ¿Es razonable pasar este sofocón de incertidumbre? Pues si hubiera viajado con el pasaporte italiano, para ellos, la situación era distinta y para mi también.
El que haya viajado conoce esa realidad, particularmente al ingresar a España, Inglaterra, EEUU, etc. Ahora pregunto ¿Son ellos los malos, o somos nosotros, los que hacemos «méritos» para que así nos valoren? Un abrazo.
Hola. Mirá Pablo, por mi parte trato de ser una excelsa ciudadana del mundo; sin embargo, en varios paises tuve que cargar la mochila de la viveza criolla que allí dejaron mis compatriotas, o la «fama» que traspone las fronteras y se universaliza. Gracias Carlos.
Hola Carlos…. me imagino el sofocón… pero yo creo… perdona si me equivoco, que estamos en un conflicto declarado con Inglaterra..por la posesión de las Malvinas y por todo el atropello pirata al que Inglaterra está históricamente acostumbrado… no siempre es un mea culpa lo que nos pasa en el exterior… porque para su anglosoberbia somos sudacas… por suerte… volviste a nuestra Patria. Estela
Hola Carlos. Me estremeció tu relato, en especial por la tristeza al sentirse uno así discriminado. No me extraña en Inglaterra; pero en España, por ejemplo, que van más allá todavía y nos meten preso o nos echan del país ¿Acaso habrá razones suficientes? Saludos.
Hola, con mucho respeto quiero decir: los españoles saquearon a los indígenas, despojándolos del oro y la plata, en especial; luego, con los barcos cargados, en alta mar los esperaban los ingleses y allí sonaban los españoles; pero algunos cargamentos sortearon el escollo. De este modo se hicieron fuertes esas economías. Por eso y tantas otras cosas, América del Sur ¡Siempre tan generosa! Un abrazo desde la capital del Imperio incaico.
El estilo inglés fue siempre el de transgredir las reglas internacionales de propiedad y convivencia, y arriba se reservan el «derecho de admisión». Te saluda Hugo.
Sabemos en el país que vivimos,(muertes, violaciones, personas desaparecidas,) pero nadie hace nada para frenar estos episodios de violencia. Realmente aver- guenza ser Argentina. Siento mucho tu discriminación, pero lo importante es que
pudiste ingresar, conocer y contarnos las vivencias de Londres y ciudades visitadas.
Saludos.-
Hola Carlos, de casualidad leí esto. Y no me extraña porque cada uno cosecha lo que siembra, como dice esa vioeja frase.