Aconteció en todos los tiempos y,  especialmente, en muchos sitios que de cierto modo fueron cuna de la civilización universal. Se trata de la acción que filósofos y científicos  dedicaron, a través de sus pensamientos,  con el propósito de contribuir a la    mejor comprensión de la existencia humana, al interpretar de manera adecuada los diversos emprendimientos que requiere la vida en cada jornada. Y es indudable que ese resultado beneficia a todo el mundo, sin distinción de clases, credos o cualquier otro aspecto que podríamos definir, incluyendo también a  pueblos recónditos y esparcidos sobre la faz de la tierra.

Y de este empeño, entre tantas cosas, fueron surgiendo frases de trascendencia global y atemporales. Por ejemplo: “Mi pacifismo, no deriva de una teoría intelectual: se funda en mi profunda aversión por toda especie de crueldad y de odio”, de Albert Einstein; o “Para ser genio, es necesario tener un 98% de perspicacia, y con solo el 2% de inteligencia basta”, solía afirmar Tomas A. Edison; o “La violencia es el miedo a los ideales de los demás”, por  Mahatma Gandhi; o “La ventaja de tener mala memoria es que se goza muchas veces de las mismas cosas”, (más…)