Sáb 8 Oct 2011
Una tormenta no atrapa a cualquiera
Posteado por Carlos Evasio Maggi en Reflexiones
[6] Comentarios
Una tormenta podría abatirse de diversas maneras; tal vez con un prólogo de viento fuerte e intensa polvareda, si antecede una larga sequía en el lugar; y si manifiesta un posterior frente de nubes, el cual tiene tonalidad verdosa y densa, indica grandes posibilidades de granizo; y con mayor amenaza aún si es entre relámpagos y truenos. Finalmente la lluvia. Todo este ciclo, conformado por las etapas expresadas, es sólo probable; pues, como decían en el pasado los abuelos campesinos, “el tiempo siempre hace lo que quiere”. Entonces, lo único cierto, en lo inmediato, es lo que vemos con nuestros propios ojos: la tormenta, que se sustancia progresivamente y jamás vendrá de golpe.
Por eso, siempre tendremos tiempo suficiente para manejar nuestra situación, comenzando con la siguiente pregunta: ¿Qué debemos hacer ante tal contingencia? La respuesta es simple: si nos movilizamos en vehículo, corresponde detener la marcha y resguardarnos lo más pronto posible, en una estación de servicios, por ejemplo, si estamos en ruta; dentro de una población tendríamos más alternativas; incluso si nuestra casa está próxima.
Por lo tanto, consideramos equivocada la recomendación de muchos “especialistas”, que indican “no detenerse durante el temporal en ruta, que impide la visibilidad; pero sí reducir la velocidad” ¿Señores, si no vemos, cómo podríamos continuar? La verdadera solución está en “no dejarse atrapar” por el temporal y refugiarse, tal como propusimos en párrafo anterior, antes de que arribe el fenómeno climático.
Ahora supongamos otra situación. Repentinamente llegamos a un frente de densa niebla o espesa polvareda, en el acto deberíamos reflexionar: ¿El fenómeno nos permite desplazar con visibilidad? Si la respuesta es NO; entonces detenemos la marcha y estacionamos lo más lejos posible del camino; podría ser en banquina muy amplia, camino perpendicular, etc. Y si la respuesta es SÏ; pero a velocidad muy reducida ¡Ojo con esta situación! En algunos países, en zonas de niebla, marcan con pintura blanca sobre la ruta, flechas que señalan la distancia a mantener entre vehículos, según la intensidad del fenómeno; si no contamos con este recurso, será sólo en base a nuestra razonabilidad, la que en caudal suficiente debería emanar del propio instinto de conservación.
Excelente!
tu propuesta intenta brindar soluciones para resolver las problematicas de la misma
Pero lamentablemente en este paìs «vivimos apurados», el unico objetivo es llegar rápido, a gran velocidad,con una visiòn cerrada. ¡Felicitaciones!, sos un manígfico analista siempre leo tus escritos y cada dia me atrapan mas: Nunca dejes de dar solucinones ,son muy enriquecedoras …
Gracias por tu perspectiva de análisis.
Cariños.-
Hola. Lo que vos propones parece bastante lógico,pero los que se especializan en el tema tránsito dicen otra cosa; por ejemplo, cuando no hay visibilidad en ruta debemos continuar a marcha lenta. Ahora ¿A quién creo?
hola Carlos…tu relato de la tormenta me hace pensar en un dia cualquiera de nuestras vidas…resguardarnos ante el posible peligro, y lo dgo si pensas bajar al centro de nuestra ciudad.. hacer un trámite en la municipalidad,si vas al super a comprar…en fin…todo se parece a tu tormenta…sin el paisaje fascinante de ella y ese perfume único de agua por llegar(o tierra),y las advertencias de nuestros gobernantes,funcionarios,tan contradictorias al bien común,…como siempre, mi admiración al escritor.
Una tormenta es parte de la naturaleza y a ésta debemos someternos; entonces, para no padecerla usemos la inteligencia, así de simple como vos lo explicas. Saludos.
Desde mi humilde posición aplaudo tu sentido común en todos los temas y en especial en este.Gracias.
Hola. Andaba recorriendo algunos temas y vi este en la lista. Lo leí varias veces, y no puedo decir otra cosa que manifiesta el sentido común a su máxima potencia. Después:»lo breve si bueno es dos veces bueno» ¿Así es ese viejo dicho? Saludos.