Algunos días atrás meditábamos, con cierta melancolía, el paso inexorable del tiempo y con rumbo a la eternidad. Suceso que a veces parece lento, y es porque nuestra ansiedad natural, suele acelerar las pretensiones sobre los desenlaces que anhelamos.  En especial, durante la niñez y la mocedad. Pero según pasan los años, y ya en la etapa adulta, tiende a prosperar otra sensación normal y que no depende totalmente de nuestra propia voluntad, sino que emerge espontánea de las obligaciones que demanda la vida. Todo lo cual, deveras podría intimidar desde el pensamiento, porque la subjetividad, a veces, se impone a la verdadera realidad y la distorsiona. Por lo tanto, hace que el grado de ansiedad se incremente en demasía respecto a la apreciación lógica, en especial cuando se trata de temas urticantes y que invaden nuestra mente.

En consecuencia, el obrar normal de las personas se vería desnaturalizado en su propia esencia y, por ende, tiende a modificar los estados anímicos, de manera positiva o negativa, según sean las razones causantes. Y cuyo resultado se refleja en el ánimo de la persona aludida, que podría ser en modo diverso, y acorde con los motivos que incidan en el pensamiento de tal o cual individuo. Pero lo peor de esta situación es que el sujeto referenciado, por causas de esa ansiedad, podría ver alterado su comportamiento y también su salud, como resultado de lo que denominamos “somatización”. La cual altera su propia funcionalidad orgánica y mental. Es decir que produce consecuencias no fáciles de disipar y que derivan del pensamiento, tal vez exacerbado.

Pero con el propósito de neutralizar o morigerar los efectos de las consideraciones anteriores, sugerimos hacer una abstracción en modo positivo. Cual destino, podría tratarse de alguna fuente que tamice un camino tortuoso y con razones que agreden la paz de nuestro pensamiento. Para ello, sugerimos transitar algunos temas que son parte del contenido de Nexo Cultural, y cuya creación data con fecha 10 de noviembre del año 2010. Entonces veremos que al presente transcurrieron casi 15 años. Y dentro de los cuales se plasmaron cerca de 400 temas diversos. Sin embargo, éste no sería el mayor acontecimiento para nosotros, porque el interés supremo está dirigido en contemplar necesidades sociales diversas. Y que todos los temas propuestos alberguen en su contenido un volumen importante de utilidad pragmática, cuya finalidad resuelva con creces las esperanzas del lector. En consecuencia, si logramos en buena medida ese propósito, la satisfacción perdurable reinará en nuestro pensamiento.

Y en otro orden, también creemos oportuno en este instante, reiterar y ampliar las decisiones del Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, por las cuales sus autoridades decidieron incorporar a la Biblioteca Mayor, tres de mis libros: Fundación de Colonia Luxardo, Bambín y Vida en Letras. Cuyos eventos, sin dudas nos privilegian en grado superlativo. En consecuencia, por esas distinciones  ¡Muchas gracias al Gobierno provincial!

Finalmente, y como acontece año tras año. Desde este espacio de cultura lanzamos nuestro gran deseo hacia los lectores, frecuentes y esporádicos: ¡Feliz Navidad y un precioso Año Nuevo para todos!  Luego, anunciamos la intención de retornar el año próximo venidero. Y siempre con la renovada esperanza por cautivar al lector a través de múltiples temas de interés general. Los cuales, como siempre, sean capaces de promover el mayor entendimiento en el arte destinado a vivir, cada día, con rumbo a la cima del bienestar personal y general. Y de este modo, la felicidad sería, sin dudas, nuestra eterna aliada. Porque hará florecer, espontáneamente, la dosis de alegría que necesita la vida de todos los que habitamos el planeta Tierra.

Por último, reiteramos la sagrada promesa de volvernos a encontrar en este mismo sitio. Pero ya en el 2025 ¡Un gran abrazo para mis lectores!