A diario vemos asombrados  cómo crece vertiginosamente esta formidable asociación; cuya evolución sobrepasa la capacidad de entendimiento de las personas, cualquiera sea el grado de preparación o erudición que cada una posea. Parece un alud de conocimientos y medios que van promoviendo, a su paso, múltiples y continuos cambios; mientras arroja a la obsolescencia a máquinas, equipos y  personas que  desde hace un tiempo no tan prolongado prestan sus servicios.

 Y con el propósito de situar mejor el tema planteado, a modo de sinopsis, haremos a continuación un comentario enunciativo sobre algunos aspectos relativos a la tecnología aplicada:

 -Movilidad

Existe una enorme diversidad de medios colmados de prestaciones, dinamismo, capacidad de resolución y alcance. Desde el punto de vista mecánico, únicamente, en los últimos veinte años transcurridos el progreso operado es mayor al que se realizó en varios siglos de historia.

 -Comunicaciones

Aquí corresponde mencionar la telefonía celular, el uso satelital, la informática, la televisión, etc.; cuyo conjunto logró convertir al planeta tierra en una verdadera aldea, por la amplitud, instantaneidad y fidelidad con que funcionan los equipos disponibles.

 -Salud

Más aún si consideramos la tecnología destinada a las ciencias médicas, la que ahora permite un amplio espectro de “milagros”; considerando esta valoración con sólo comparar lo que sucedía apenas algunos años atrás; desarrollo que aumenta las esperanzas de cura y  longevidad.

 -Producción

También en este rubro es increíble el avance obtenido, con la inclusión en las herramientas de trabajo de la informática y la robótica. Un ejemplo a modo de ilustración y homenaje: Mis abuelos gringos sembraban los campos colocando la semilla, casi siempre de trigo, dentro de un delantal de arpillera, del cual juntaban puñados y los esparcían sobre la tierra arada mientras caminaban de manera ordenada. En cambio en la actualidad, con tractores articulados, GPS y sembradoras de acción neumática, podrían cultivar hasta cien hectáreas por día; tarea que en aquel tiempo demandaba tres meses de labor; pero con esta anécdota no me remito a tantísimo tiempo pasado, porque transcurrieron unos noventa años, nada más; período que es importante para la vida de una persona e insignificante en la historia de la humanidad.

 En resumen, el avance tecnológico y el progreso económico permiten elevar la calidad de vida en proporciones impensables y no siempre de manera equitativa en la distribución de riquezas. Sin embargo, “no todo lo que brilla es oro”; porque muchos beneficios son a costa de algo, que si fuera únicamente dinerario, entonces sería un proceso lógico; pero el asunto difiere de valor cuando dicho progreso es a costa de la naturaleza.