Archivo para agosto, 2011

Así podría titularse esta historia real, acontecida con el personaje de un pueblo de la zona piemontesa, en  la provincia de Córdoba; transcurría la década del ´80 cuando un conjunto de parroquianos decidió conocer las Cataratas del Iguazú y, en el regreso, al caer la tarde incluirían además la posibilidad de presenciar el espectáculo de luz y sonido en las ruinas de San Ignacio. A alguien del grupo organizador se le ocurrió invitar a Lencho, un fornido sujeto de prominente panza y con voz de trueno, de unos 60 años de edad y pródigo en exóticas exclamaciones; reacio el hombre para salir de su casa y más allá de los límites de su pueblo, pero habitué del boliche del lugar; en consecuencia, fue necesario realizar presiones convergentes para que, al final, lograran el propósito y Lencho también  viajó. (más…)

 Son grandes recipientes rectangulares, de chapa muy gruesa y los depositan en la calle, como si fueran parte del suelo; pero no es así, están destinados a contener escombros, basura u otros desperdicios, generalmente de obras de albañilería.

 Están allí y albergan también una advertencia imaginaria; por  ejemplo: ¡Cuidado que por sobre de mí no podrán pasar! Y su acechanza es artera, pues no tanto durante el día porque los podemos divisar a tiempo; pero sí por las noches, como agazapados esperan a sus víctimas motorizadas o con tracción a sangre, da igual. (más…)

Eran las 10,05 horas de un día ventoso y nublado, en la primera  semana  de mayo, cuando nuestro avión posaba suavemente sobre la pista del aeropuerto; enorme complejo denominado Heathrow; en el cual tendría que realizar el trámite de ingreso al país y, posteriormente, recuperar mi valija.

 Comencé por  hacer una nutrida cola en la pasarela definida con cintas azules; la que pronto estableció dos alternativas: “comunidad europea y norteamericana” por aquí, y “el resto” por allá, al otro lado. De este modo me vi  mezclado con africanos, centroamericanos, hindúes, etc.; y delante mío un  individuo  con indumentaria de monje Shaolin; todos pasaron con bastante rapidez, hasta que llegó mi turno. La persona de migraciones, una corpulenta morena, con evidente ascendencia afro, que al mostrarle el pasaporte me miró fijamente y exclamó en idioma local: (más…)