En el sentido metafórico, un ejemplo jamás contraría el fenómeno gravitacional, pues el descenso es su destino natural y, por ello, inevitable. Pero antes de continuar, creemos necesario realizar una digresión: la fuerza gravitacional es una fuerza central porque está dirigida constantemente hacia un mismo punto, que es el centro del campo. Y su magnitud se llama “peso”.

Y a raíz de ello, múltiples valoraciones surgieron a través del tiempo, y todas conducen por el mismo camino en la interpretación, porque convergen sus resultados. En consecuencia, debemos convenir que si esas conclusiones provienen de los grandes pensadores, los mismos que ganaron un espacio muy importante en la historia de la humanidad, y con proyección a perpetuarse en el tiempo, simplemente por su realismo plasmado en los diversos apotegmas. Por ejemplo, la manifestación de Aristóteles: “La única verdad es la realidad”. O según Lucio Anneo Séneca que solía aseverar: “Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos”.

Luego, resulta fácilmente comprensible la influencia en el sentido de la gravedad que ejerce el ejemplo. Por lo tanto sería semánticamente indiscutible. No obstante cualquier explicación, aunque a priori parezca trivial, ayudará a despejar las dudas en el lector; y esto, de por sí, sería muy importante. En consecuencia, si llevamos estas conclusiones al plano familiar, podremos observar qué acontece, en especial, con los hijos, respecto de sus padres; pues  según sean los valores y el comportamiento diario que éstos últimos muestren a través del tiempo, es muy probable que los descendientes adopten espontáneamente varios de esos rasgos, los cuales se irán consolidando con el paso simple de los días.

Incluso, lo delimitado en el párrafo anterior, podríamos extenderlo con total propiedad al ámbito público, allí donde no actúa un padre sino un gobernante ungido por el voto popular, en tiempos que las promesas eran todas “color de rosa”, mientras que declaraban al pueblo como dueño del altar por antonomasia. Pero si el paso del tiempo y las actitudes muestran que los verdaderos intereses, fueron variando el elixir pregonado. Mientras  que las intenciones afloran diariamente como una espada de Damocles para el pueblo o un elevado porcentaje de él. Entonces los ejemplos negativos causarán los efectos perjudiciales desde arriba hacia abajo en los estratos de una sociedad, tal como la fuerza gravitacional. Luego deberemos convenir que al difundir una idea con el ejemplo, implicaría mostrar en ese instante,  nuestra conducta moral en la transmisión. Dado que los actos siempre hablan más claro que las propias palabras.

Por consiguiente y a partir del párrafo anterior, si extendemos su consideración en base a los efectos morales sobre las cuestiones políticas, económicas y sociales, resulta obvia la importancia básica que contiene el ejemplo. Pues de él derivará el tenor de múltiples acontecimientos generales que sucederán en el seno de un pueblo. Los cuales no difieren demasiado respecto a los padres, que a través del tiempo observan comportamientos inadecuados en su rol natural. Entonces, aquí el resultado lógico consistirá en una incidencia negativa sobre los propios hijos, con aspectos impredecibles. No obstante el afecto natural tiende a moderar el influjo que sería perjudicial.

Pero si retornamos al orden público, podríamos agregar un aforismo cuya contundencia no deja margen para las dudas. Y pertenece  a Montesquieu, filósofo y jurista francés, que se refirió al ejemplo en estos términos: “Los malos ejemplos son más dañinos que los crímenes”.

En otro orden, creemos importante mencionar que Montesquieu, desarrolló su obra en el contexto del movimiento intelectual y cultural denominado “La ilustración”. Y, en particular, creó el  sistema político que  basó en la división de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Cuyo propósito fundamental consistía en evitar las tiranías y la perpetuidad en el poder.

Finalmente, cerramos con un adagio atribuido a Albert Einstein: “El ejemplo, no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera”.