Existen dos alternativas distintas para llegar a Nápoles, y son las más probables para un viajero de allende los mares: una, si está en Roma, le conviene viajar en tren desde Términi, donde podrá optar por el tren regional o el de alta velocidad, y las demoras son de 2 y 1 hora, respectivamente, cuyo destino conviene que sea la Stazione Centrale.  Otra, es en avión desde un punto más lejano que la capital del país, puesto que de Roma a Nápoles hay tan solo 225 km.  El aeropuerto de Nápoles, que llaman Capodichino,  pese a que el nombre oficial  es Ugo Niutta,  dista unos 7 km del centro de esa ciudad.

Y posterior al alojamiento, sugerido en la zona de Piazza Garibaldi. Qué podremos ver básicamente en Nápoles:

-Piazza del Plebiscito y sus 3 Palacios.

-El Castel dell´Ovo, a pie desde el punto anterior y por la costa, de donde se podrá apreciar: el Volcán Vesubio, el puerto y  el golfo de Nápoles de manera integral. Recomendamos ver todo eso, y más aún, desde la terraza de este  Antiguo Castillo.

-La calle denominada “Spaccanapoli”

-La gallería Umberto I

-Etc.

Una permanencia de 2 días en esta ciudad es razonable. Y  al partir, conviene ir a la Stazione Centrale, pues allí están todas las agencias de alquiler de autos, cuyo medio es clave para realizar el itinerario propuesto. El primer tramo  deberíamos culminarlo  en Pompeya, a la cual accedemos luego de recorrer unos 25 km. Y es decididamente importante dedicarle un día a este enigmático  lugar,  para tomar verdadera dimensión, pues la profundidad espiritual que suele deparar en el visitante, seguro que va más allá de todo lo imaginado antes de transitar ese sitio de 45 has de superficie. Y no olvidar de pedir un mapa de esa ciudad en la oficina donde deberán pagar por el ingreso. Posteriormente, un recipiente con agua y un calzado cómodo para caminar y caminar son muy importantes.

Y al marcharnos de aquí, enfilamos hacia el siguiente orden geográfico: Sorrento-Positano-Amalfi-Ravello-Salerno. Pero ojo con andar por la Costa Amalfitana de noche, dado que es muy peligrosa y, por ello, podría crear un desencanto en el viajero. Y al llegar a la ciudad de Salerno, buscamos hacia la izquierda porque necesitamos abordar la autopista (A3), cuyos carteles indican “R. Calabria”. Son 435 km que, con frecuencia, cruzan montañas por iluminados túneles y algún puente de exótica arquitectura, pero con escasos poblados a la vista. Algunos de los más importantes y próximos a nuestro camino son: Battipaglia, Éboli, Cosenza, Santa Eufemia y Palmi,  para llegar finalmente a Villa San Giovanni. Aquí buscamos enseguida el embarcadero a fin de cruzar en ferry el estrecho de Mesina, de 3,5 km de extensión y demanda unos 30 minutos de travesía. Esta ciudad tiene 250.000 habitantes, y no es una opción conveniente para alojarse, porque los precios suelen ser más elevados que hacia el sur, por ejemplo. Entonces, con ese rumbo cardinal pasamos por: Taormina, Giarre, Acireale… y el parque del Etna, cuyo volcán concita la curiosidad y el temor por su constante actividad, echando densas columnas de humo por sus diversos cráteres. Al final de esta etapa, luego de andar 96 km, arribamos  a Catania, la cual tiene  337.000 pobladores, sin considerar el área metropolitana. Fundada en el siglo VIII a. C  y  destruida siete veces en el curso de la historia por la acción de terremotos y erupciones volcánicas, la última catástrofe se produjo en 1693. Desde aquí y a 58 km de distancia se halla una hermosa y cautivante ciudad, llamada Siracusa.

Siracusa posee  120.000 habitantes. Y la isla denominada Ortigia, alberga la parte antigua de dicha ciudad. Además resulta interesante caminar, comenzando por Piazza Emanuele Pancali, donde se halla el Templo de Apollo, y frente al cual podríamos disfrutar un desayuno o almuerzo bajo grandes sombrillas ubicadas en las veredas de los restaurantes. Más adelante y por Corso Matteotti llegamos a  Piazza Archimede, con la Fuente de Diana, y más allá Piazza Minerva, que contiene el Palazzo Vermexio     (Ayuntamiento), el Templo Jónico y el Duomo. Luego buscamos  Vía del Castello Maniace  y por ella arribamos al antiguo castillo homónimo, ubicado  en el extremo de la isla. Es importante recordar también, que en este lugar nació Arquímedes, en el año 287 a. C.  , uno de los matemáticos más grandes de la historia. Por todo lo expuesto, que es solo parte del conjunto, una permanencia de 2 días en Siracusa vale la pena, y en especial para los amantes de la cultura universal. Además de cierto enigma que se siente a flor de piel y, seguramente, acompañará al visitante durante toda su estadía.

Después partimos hacia Agrigento, pasando por Lido di Noto, Módica, Ragusa, Vittoria, Gela y Licata…Tendremos que recorrer 150 km para culminar dicha etapa. Agrigento tiene una población de 60.000 almas, y  fue fundada por los griegos en el año 580 a. C. Posteriormente, nuestro propósito será el de transitar  por la ruta identificada como SS 189, y necesitaremos  cubrir 126 km para arribar a  Palermo, capital de Sicilia.

Dicha capital, poblada por cerca de  860.000 habitantes, sin contar el área metropolitana. Fue fundada por los fenicios en el  siglo VIII a. C.  Y una constante, buscar  hotel cerca de Palermo Centrale, y sobre Vía Roma, es aún mejor. Ya alojados, corresponde emprender un paseo a pie por la calle mencionada, donde encontraremos edificios públicos imponentes, muchos comercios, supermercados e iglesias. Caminamos  1 km, más o menos, hasta Vía Cavour, aquí giramos a la izquierda y a 150 m nos encontramos con el Teatro Mássimo, allí buscamos Vía Maqueda, que es peatonal y paralela a Vía Roma, y regresamos. En este espacio existen numerosos y coloridos negocios, mucha gente caminando en la tarde-noche, pero cuidado porque esta calle tiene senda para ciclistas que siempre andan apurados ¿Qué podríamos agregar? Piazza Ottagonale Quattro Canti o Piazza Vigliena-Piazza Pretoria-Palazzo Pretorio (Ayuntamiento). Y por Vía Vittorio Emanuele regresamos al punto de partida.

Por último, resta agregar que Sicilia tiene una extensión territorial de  25.000 km2, y cuya población asciende a 5.050.000 habitantes. Y  desde Palermo a Mesina, las dos ciudades más frecuentadas de la isla, la distancia es de  223 km. En otro orden, el recorrido total que en auto demanda esta propuesta, si le asignamos  7 u 8 días de duración, es de unos 1450 km.

Nos estamos yendo, por eso emprendemos rumbo hacia el aeropuerto de Punta Raisi, también conocido como Aeroporto Falcone-Borcellino, ubicado a 35 km al oeste de la capital.  Al llegar devolvemos el auto en el estacionamiento general, porque es donde están los puestos de recepción de  las distintas empresas. Y sin dudas, para la presente propuesta, la mejor opción es tomar el aéreo aquí y volar a Fiumicino de Roma.

Y  a modo de epílogo, creemos de veras que este viaje tiene motivos suficientes como para fomentar el encanto en el ánimo de cualquier viajero, pues cubre holgadamente las mayores expectativas que podrían anidar, en cada uno, mientras se programaba este destino.