Mié 2 Nov 2011
Mi hijo, el doctor
Posteado por Carlos Evasio Maggi en Historias
[18] Comentarios
El pueblo era muy pequeño, apenas cien almas lo habitaban y constituía un típico conglomerado de agricultores gringos, donde la vida transcurría tranquila y monótona, solo la escasez de lluvias o una enfermedad podrían representar una seria preocupación en la vida cotidiana, mientras promediaba la década del ´60.
Allí una familia, en particular, integrada por el matrimonio y sus dos hijos varones, decidió un día que Honorato, el mayor de éstos continuara estudiando luego del ciclo primario, y de este modo podrían disfrutar en el futuro a “mi hijo, el doctor”. Pero únicamente era posible realizar este sueño si el otro hijo, de nombre Mario, permanecería en el campo, para que el trabajo en conjunto pudiera solventar los estudios del mayor.
De esta manera pasó el tiempo con aparente normalidad, pero llegó el día en que Mario terminó el nivel primario y quiso seguir estudiando también, fue en ese preciso instante cuando sus padres sentenciaron que debía permanecer en el campo y colaborar con ellos en el trabajo para respaldar con dinero al hermano. Por eso, en medio de un clima de sometimiento y resignación, porque en esa época era inimaginable desobedecer a los padres, Mario jamás pudo estudiar.
Habían pasado varios años y, al fin, Honorato se laureó. Recuerdan en el pueblo que su padre al enterarse gritó alborozado: ¡Ahora sí que mi hijo, es doctor ¡ Y en el eterno silencio de la vida campesina esa exclamación perduró como una letanía a través del tiempo. Después, con la máxima premura pidió dinero prestado y le instaló “el consultorio” a Honorato, quien supo aprovechar con creces tantos beneficios, a los que unió su astucia y pronto comenzó a juntar mucho dinero, demasiado para la vía normal.
Sin embargo, el silencio del doctor preocupaba a sus padres y también a Mario, porque jamás dijo “gracias” por todo el esfuerzo que ellos habían realizado durante sus estudios. Sostienen algunos, que no debemos esperar nunca el agradecimiento por los favores ofrendados, pero es cierto incluso que la palabra “gracias” es gratuita y abarca una lisonjera sensación para esos corazones que cultivaron el altruismo hasta convertirlo en verdadero sacerdocio, mientras impulsaban la vida con cada latido.
La espera resultó vana, pues jamás pudieron cubrir esa ilusión. Más bien sucedió todo lo contrario, ya que en el transcurrir el doctor, vaya uno a saber por qué conflicto interior, fue desplegando su odio hacia quienes otrora lo ayudaron y llena su alma con tal sentimiento, pasó a la acción. En consecuencia, aplicó en contra de su propia familia todo lo que había aprendido en el claustro universitario. Tanto es así que a Mario, en cierto momento, le prometió con voz dislocada y tono amenazante: ¡“La calle será tu hogar, porque te tengo bronca”! Y a sus padres literalmente ignoró para siempre. Es evidente que el doctor había logrado otro título inclusive, el que seguramente imagina el lector luego de transitar esta historia.
¡¡Ayyy qué historia!! Carlos decime, por favor, que no es cierta.
Hola Carlos. Hace un tiempito escuché una grabación titulada «El desagradecido». Qué lo tiró, hay cada «gaucho» en esta pampa. Y lo peor es que estos tipos sólo tienen condena social. Nos vemos.
Hola Carlos.
Reflexiono que es un cuento de terror y no una historia verdadera… porque el titulo seria : ¡Cuervo! o mejor dicho… Monstruo.
Carlos:
Yo tengo un hermano, nos ayudamos mutuamente, la historia que cuentas debe ser de un enfermo mental…
Hola. No carguen sobre ese individuo, porque tal vez padezca de traumas de la infancia, de los cuales podrían ser responsables sus padres. Habría que investigar bien el caso.
Hola! Soy sicologa y me parece que no es como dice Manuel, porque si se recibió, no debe tener trauma alguno, de lo contrario no hubiese obtenido el titulo y por lo que leo es un «doctorado», ademàs los docentes primarios, secundarios y/o Universitarios no hubiesen entregado Titulo, sin antes un informe médico …
y… nadie carga solo se opina.-
Hola Carlos. No tengo la menor duda, estamos ante un cuadro de etiología psicopática, cuyas caracteristicas en lo afectivo son: Locuacidad(charlatán)-Mentiras patológicas-Engaños y manipulación-Ausencia de remordimiento o culpa-Escasos afectos-Insensibilidad-Egocentrismo-No acepta responsabilidades de sus acciones.
Este mal no tiene cura, sólo se puede moderar a través de tratamientos especiales; según mi experiencia profesional.
Carlos, ahora pregunto ¿No habrá un lugar donde se pueda denunciar a sujetos como este? Diculpame el tono, pero estoy indignado con esa actitud. Gracias.
Soy madre y también madraza, y si uno de mis hijos me hiciera algo parecido, creo que no lo podría resistir. Un abrazo.
Hola Carlos…el dolor de una traición es inconmensurable…si a ello le agregamos el lazo familiar.. no hay consuelo… pero es aprendizaje y fortaleza. La fuerza del perdón y el olvido, salvarían a Mario de caer en el abismo de su hermano el Dr. El demostró su bondad, que lo enaltece como ser humano..mi admiracion como siempre al escritor. Estela
Mi solidaridad emocionada para esos atribulados padres, y vos Mario, donde estés, recibe el abrazo que impulsa mi corazón; sé que tendrás también el eterno reconocimiento de la gente dispuesta a promover valores que dignifican la existencia. Gracias Carlos.
Agregaría a lo expresado por Marcelo, tal vez colega mío, algunos síntomas definidos por el dr. Hare, para perfeccionar un diagnóstico: 1)Historial de problemas de conducta durante la niñez 2)Actitud impulsiva, insensible y cruel 3)Comportamiento malicioso y manipulador 4)Versatlidad para la acción criminal 5)Falta de control sobre la conducta, etc. Saludos.
Carlos, nuestras actitudes hacia los demás son un espejo donde se ven reflejados los sentimientos que tenemos hacia nosostros mismos. Este «Doctor» cosechará lo que sembró.
Siempre interesante lo que publicás. Gracias por compartir.
Hace un momento que leí este tema y que es una historia real. Me dió asco la actitud de ese tipo y ojalá termine en cana. Disculpame el tono un abrazo para vos.
Carlos siempre te leo y ahora veo que esta historia terrible vuelve a figurar entre los temas mas leídos.Y me acordé que días pasados vi por TV a un escribano que se dedica a los aforismos y en uno dice: «el código penal argentino tiene una grave omisión, no condena al desagradecido». Saludos de Celia.
Una triste historia muy bien relatada y que en la vida, lamentablemente, es común que algunos hijos sean desagradecidos e indolentes pero más allá del nefasto personaje del «doctor», que como todos opinan es cruel, desalmado e imperdonable tanto con sus padres como con su hermano, centremos la atención en el personaje de Mario tan tierno y benévolo que de solo leerlo nos inspira respeto y admiración por su actitud desinteresada y por su renuncia a su meta por el amor que siente a sus padres y al mismo hermano.Seguramente si ésta historia es real Mario debe haber recibido con creces en su vida todo lo que sembró. Y termino mi opinión con unas palabras de Pablo Neruda que son totalmente ciertas: «Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad» Mis feilcitaciones para el autor.
Hola Carlos!
Esta historia conmueve y da náuseas que ese «Demonio» sea real.
¡Traicionar a un hermano! Es la crueldad más perversa que pueda existir en la vida.
Este «tipo» no deberia estar suelto, ojala lo encierren en un lugar para enfermos mentales al «DOCTOR»…( si realmente existe)
Mario serà coronado por el éxito y será el orgullo de quienes lo admiran.
Saludos.
Si este tipo se hace llamar «DOCTOR», los que realmente lo son, se sentirán avergonzados que haya un colega que sea, perverso, cruel, manipulador, Egocéntrico, con una conducta indigna hacia su hermano, realmente es una amenaza para la humanidad, puede considerarse lo mas aberrante y peligroso… Pero tengo la plena seguridad que ni su familia lo auxiliará cuando enferme…