Sáb 17 Mar 2018
Contaminación visual y racional
Posteado por Carlos Evasio Maggi en Reflexiones
[6] Comentarios
Es muy probable que la valoración conceptual definida en este título, resulte un tanto sugestiva para el lector. Lo cual no debería ser motivo de asombro, dado que suele ocurrir con demasiada frecuencia respecto a expresiones o términos empleados diariamente, y con evidente sesgo de masificación, donde no se alcanzan a distinguir estratos sociales ni culturales, pues la tendencia general es a la uniformidad en la lingüística adoptada por la población, y con rumbo a incrementarse durante un cierto tiempo.
Por consiguiente, hoy en día son numerosos los medios de comunicación masiva que habitualmente impulsan una “viralización” esnobista. Allí donde la palabra que rápidamente se difunde entre las personas, constituye un verdadero estimulante para quienes, sin tamizar, se identifican con las manifestaciones sui géneris que van moldeando una estructura del lenguaje que no coincide con la que pertenece a un vocabulario ajustado a las reglas pre existentes. De este modo se fomenta una especie de apatía gramatical, cuyos objetivos estarían emparentados con la rebeldía funcional y la rentabilidad de una empresa. Incluso el oyente común tiende a incorporar y sentir como propia esa manera de verbalizar sus comunicaciones personales, dado que lo cautiva.
A continuación, algunos ejemplos sobre una nómina bastante extensa, comenzando con una palabra, cuyo infinitivo es “complicar”, que se repite con harta frecuencia y en todos los tiempos verbales, dentro de cualquier tema, sea en charlas privadas o públicas. No existen límites en su empleo, pues la reiteración es tal que desde el buen gusto y las normas nos conduce inexorablemente a una contaminación racional. Otro caso muy llamativo, que representa un auténtico relleno coloquial, se trata de una expresión muy vapuleada: “…y nada”. Lo cual nos trae a la memoria otro recurso con el mismo propósito y que imperó hace ya varios años, el mismo fue: “este”. También existe otra palabra, cuyo origen temporal no está aún bien definido y que dice: “bolu…”, aplicada con preferencia en la jerga chabacana, donde incluso se vislumbra un trasfondo basado en la viveza criolla.
Por otra parte, que alguien imagine si leyera varias veces la misma palabra, inserta en breve párrafo de un escrito. O cuando su interlocutor, emplea igual recurso en una charla cualquiera. Seguramente no pasaría desapercibido, dado que casi todos conocemos que las pautas gramaticales básicas y la elegancia retórica señalan lo contrario. Y si en verdad debiéramos forzadamente repetir una palabra cualquiera, oral o escrita, serán los sinónimos los que nos salvarían de producir esa polución que se enuncia en el título del presente escrito. Y la contaminación racional nace, en especial, de la sensación natural que anida en el lector cuando advierte que quien escribe, muestra una gramática pobre, grosera o pasatista. Por lo tanto, torna menos atractivas y creíbles a las intenciones de fondo, porque carece de la conveniente seducción literaria.
Es una gran verdad lo que decis. Uno prende la tele, por nombra un medio, y te hartan con «complicado», «y nada» Y dale que va, todos por la misma huella. Mejor no sigo.
Hola Carlos. El esnobismo tiende a masificar a las personas…todas iguales Si me permitis, voy a ejemplificar ese fenómeno con otro igual, pero donde solo los cerdos intervienen(chanchos para el chacarero): a veces sucede que uno emerge de un yuyal, por un camino que improvisa, pero sería un error pensar que viene solo….lo normal es que aparezcan varios más, todo por el mismo caminito.
Perdón por este comentario, pero fui campesina como vos y me salió esto del alma. Un abrazo.
Quisiera decirlo de la forma más elegante: hoy estaba viendo TV, y tuve que soportar que gente grande y muy conocida se regodeara con las guasadas de alguien desde una grabación de una «charla real» ( o preparada para el consumo popular). Te juro que me dió mucha indignación e impotencia. Me gustaría que publiques mi pensamiento.. Gracias.
Es verdad lo que dice Ana Laura y creo que vimos lo mismo. Ahora pregunto y el horario de protección al menor? ¡¡Señores, por lo menos respeten eso!! O pido demasiado.
Tampoco se trata de hablar encorcetado a las reglas. Pregunto a los que opinaron ¿no les cae bien un poco de libertad?
La belleza fascina, en cambio la inteligencia conmueve. Entonces no creo que alguien prefiera la mediocridad, como manifiesta el que me precede.
Por otro lado, usted Contador siga en senda que demarcó en este blog que yo seré su eterna lectora. Saludos desde Mendoza.