Mar 11 Ago 2015
Argentina el país que sería
Posteado por Carlos Evasio Maggi en Pensamientos
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Son ideas que fluyen, y solo las impulsa el deseo de comprender mejor las cosas que definen la calidad de vida de un pueblo, precisamente el pueblo que integramos sobre un lindo territorio, ubicado en América del Sur. Y si interpretamos bien la realidad, entonces aseguramos la posibilidad de perfeccionar los procedimientos, y esta alternativa debería constituir también una obligación ciudadana, porque contiene un fin social. En consecuencia, tal apreciación dignifica al hombre, lo torna valioso para el conjunto. Enseguida algunas de aquellas ideas convertidas en interrogantes:
-Cómo sería si no tuviera lugar este pensamiento de Manuel Belgrano: “Me hierve la sangre al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la Patria”.
-Cómo sería si no imperara, con amplia difusión, la viveza criolla, ese estigma cultural que incluso nos identifica en el mundo y mal parados muchas veces nos deja.
-Cómo sería si el trabajo fuera tan importante hasta convertirse también en una obligación bíblica: “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Y, a la vez, el capital aplicado a la producción supere holgadamente al volumen destinado a la especulación financiera. Luego, trabajo y capital unidos, forman la base de la economía general.
-Cómo sería si los subsidios jamás fueran para beneficio por: a) favores políticos; b) cualquier razón no justificada, y peor aún si se trata de personas en plena edad laboral y sin exigirles ninguna contraprestación. Por otra parte, serían lícitos los subsidios asignados a: b) personas declaradas incapaces para el trabajo; c) personas que perdieron el trabajo, siempre y cuando se limite en el tiempo y exista la obligación de realizar una contraprestación y d) madres solteras, abandonadas y sin recursos económicos. Sin embargo, el Estado debería obrar de oficio contra el padre, para que se haga cargo de la cuota alimentaria, partiendo de la comprobación necesaria a través de un ADN.
-Cómo sería si se respetara siempre la Constitución Nacional, donde jamás podría nacer del espíritu de un gobernante, la intención de modificarla para continuar en el poder el tiempo que se le antoje o hasta cuando los votos de la gente lo expulsen.
-Cómo sería si la política no saliera de su cauce originario, que expresa: “el fin esencial de la política es servir al prójimo”. Ni constituya un medio para enriquecer en breve o solamente para pasear el ego por múltiples escenarios.
-Cómo sería si los gobernantes no sistematizaran la mentira, para describirse por todos los medios imaginables como verdaderos héroes en la función, mientras que debajo del poncho subyace una realidad muy distinta. Por lo tanto, un gobernante mendaz, carece de una aptitud fundamental para la función que desempeña. Además, el dirigente capaz y leal no necesita el rol de mentiroso, pues el pueblo, aquel que apuesta a valores dignos en pos de una sociedad civilizada, siempre comprendería, incluso los errores, porque todos los seres humanos nos equivocamos algunas veces. Y el perdón surge espontáneo de la sincera humildad que posea el gobernante en reconocer rápidamente su falla. En este orden, la filosofía práctica llevada casi al extremo por el Pepe Mujica, es ejemplar, por su autenticidad y contundencia, pues en poco tiempo logró una envidiable admiración mundial, y más aún si estimamos que obtuvo ese prestigio desde un pequeño país de América meridional.
-Cómo sería si la acción política se basara con obsesiva fidelidad en los pensamientos, por caso, de Manuel Belgrano, allá lejos. Y del Doctor René Favaloro, acá más cerca; o de alguien que les pise el poncho en tiempos actuales.
-Cómo sería si uno prendiera la televisión, por ejemplo, y no se diera de narices con una abrumadora avalancha de palabrotas, actos obscenos, más una febril apología de la banalidad o la porquería moral ¿No habrá otra forma de ganar dinero sin destruir valores primordiales?
-Cómo sería si la naturaleza humana y de las cosas, fueran aceptadas y respetadas en su fundamento original, pues en todas ellas la Creación elaboró su perfección a través de los siglos o tal vez de milenios, lo cual supera ampliamente a la inteligencia humana.
-Cómo sería si no fuéramos tan indiferentes…
Con todo respeto, te faltó poner: «cómo sería si no hubiera tantos ladrones amparados por el poder». Y «cómo sería si el populismo no fuera la única manera de gobernar». Gracias por tu comprensión.
Y yo digo: cómo sería si se hicieran obras de infraestructura para evitar o, por lo menos, moderar el drama de las inundaciones. En lugar de rajarse a Italia o mirar para otro lado diciendo que cayó un chaparrón solamente, para minimizar el problema. Pero la verdad, es que aqui en provincia de Buenos Aires estamos con el agua hasta las orejas( por no decir esa expresión común). Si publicas esto,será un poco de consuelo para mí.
Señor Contador, de casualidad entré a su espacio literario y me quedé muda con este tema: en pocas palabras expresa tanta realidad que duele, y más duele si sabemos que las soluciones no llegarán nunca porque no importan a los que mandan. Cuánta pena!!
Fantástica apología del bien. FELICITACIONES!
Mamita!!!! Cuántas verdades en tan pocas palabras. Y pensar que la razón de la política es servir al prójimo. Sin dudas que son muy escasos los patriotas de hoy en día y si me apuras te afirmo que ya no quedan.
Por este camino vamos derechito al bajo, donde ya no queda lugar para las ilusiones positivas porque se estan destruyendo los valores constructivos.
Nada quiero agregar a algo tan conciso y contundente como este escrito. Más que felicitarlo Contador Carlos Evasio Maggi.
Solo de un ciudadano digno podrían surgir las palabras que acabo de leer. Y escritas hace más de 4 años. Ojalá sean muchos los que las lean porque son verdaderos sinonimos del bien común. Saludos de Marcela.