Muchos y minuciosos estudios realizados ubican el centro geográfico, que dio origen al maíz, en Coxcetlán, en el valle del Tehucán situado a 2500msnm y dentro del Estado de Puebla, México. En este  territorio encontraron restos arqueológicos del maíz; cuya antigüedad estimaron en más de 6000 años a C. Por otra parte, esa zona fue epicentro de la civilización Azteca, entonces podríamos suponer con bastante fundamento que este cereal constituyó un importante recurso alimentario para los antiguos habitantes de aquel lugar. En 1493 Cristóbal Colón, con motivo de su segundo viaje, lo introdujo en España y de allí pasó a Francia, luego ingresó a Italia desde Venecia, alrededor del año 1530.

 Sin embargo, existen algunas discrepancias temporales y geográficas respecto de la anterior afirmación. Por ejemplo, ciertos historiadores  sostienen que muchísimos años pasados ya el maíz se cultivaba en Italia, con su correspondiente nominación incorporada en el dialecto Toscano;
el cual comenzó en el siglo X y luego fue conformando la base para el idioma italiano, precisamente el que en la actualidad es idioma oficial en ese país, merced al aporte cultural florentino atribuido a tres grandes autores: Boccaccio, Dante y Petrarca.

 En Italia, llamaron al maíz “granturco” (también existen varios sinónimos de la anterior expresión: melica, mais, frumentone y formentone) ¿Y por qué granturco? Es decir, grano turco; y en este nombre, algunos autores asientan la afirmación de que el origen verdadero del  cereal es precisamente Turquía. Además sostienen que este país se ubica entre Europa y Asia, rodeada por mares, situación que lo convierten desde siempre en una  encrucijada entre culturas y civilizaciones occidentales y orientales, tanto por la promoción de las mismas, cuanto en la difusión del comercio mundial de tiempos remotos. Y por esta dinámica el maíz llegó a Italia, donde inmediatamente lo llamaron “granturco” (grano turco), simplemente en orden a su procedencia.

 Con todo, pensamos que dichos argumentos destinados a fundar las objeciones no alcanzan para rebatir la descripción inicial; en consecuencia, sin dudas, el origen del maíz es americano.