Sáb 20 Jul 2013
Los sonidos del silencio
Posteado por Carlos Evasio Maggi en Pensamientos
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Cuando los decibeles son elevados, solemos creer que estamos inmersos en una vida plena, intensa, donde las sensaciones se multiplican y traducen en deleites o padecimientos. No obstante, si meditamos con mayor interés, a partir de cierto punto comenzaremos a comprender que en la superficialidad de las cosas, es la vida del prójimo la encargada de contagiarnos estados de ánimo y conductas, mediante la manifestación del comportamiento de cada uno, con ideas y procedimientos que nos inducen a funcionar al compás general. Diríamos también, que en gran medida es consecuencia del movimiento de masas.
La manera anterior significa vivir desde afuera, con acontecimientos externos, propios y ajenos, donde el principal órgano perceptivo es el ojo humano que canaliza el ingreso de los diversos influjos, los cuales luego definirán nuestros comportamientos, casi como actos reflejos, y cuyo conjunto identifica el acervo cultural de la sociedad que integramos.Y este desenlace por inducción se debe a que frecuentemente olvidamos bucear en la profundidad del alma, y aquí explorar nuestro lado espiritual, sitio que tiene importancia fundamental y es infinita su dimensión.
¿Cómo se accede a ese lugar? Será simplemente a través de la meditación, que permite navegar por los pensamientos e imaginar un mundo de cosas, y comprender cuáles son los caminos de la vida que más se adecuan a las propias aspiraciones personales. Más los múltiples sonidos del silencio, a partir del corazón que late con frenesí como empujando la vida en el tiempo.
Y en este mundo interior, aparte de cultivar ilusiones, que son razones para vivir esperanzados, tenemos el sitio donde reside también la imaginación, esa aptitud sin límites de zona ni de tiempo que necesita de la paz, interna y externa, para desarrollarse en plenitud y así poder repetir lo que aseveraba Albert Einstein: “La imaginación es más importante que el conocimiento”, cuya fuente permite reflexionar con normalidad sobre las diferentes alternativas que nos ofrece la vida y así contar con la posibilidad de perfeccionar las decisiones, ampliar horizontes y cultivar el humanismo individual que, al final, redundará en beneficio de todos. Un instante adecuado de soledad es el único requisito para ejercitar de manera óptima nuestra espiritualidad.
Y viviremos a pleno los sonidos del silencio cuando el caudal de pensamientos sea suficiente y eficiente para lograr nuestra paz interior, esa paz que luego permite aislarnos por un momento de acontecimientos externos de la vida diaria. “Nuestra naturaleza está en la acción. El reposo presagia la muerte” afirmaba Séneca. Sin embargo, la acción bien entendida y más tarde correctamente realizada parte del silencio, de un instante de meditación, espacio de tiempo en que el razonamiento nos muestra la mejor solución para el asunto que nos preocupa y, de esta manera, podremos obtener un resultado adecuado para beneficio propio y del bien común.
Leí y releí con mucha atención, porque me encantan los temas dirigidos al alma de las personas. Y me pareció muy profundo y bueno. Gracias.
Hola, en vez de publicar tanta basura los medios masivos deberían difundir seguido cosas como esta. Te felicito.
Carlos, te cuento que esta mañana fui a desayunar.Y por ahí me dedique a ver tu blog desde el celu. Por eso vi, entre los primeros a este tema…
Desde mi entendimiento lo valoro como un tema lleno de realismo, y que transita por la senda del romanticismo. El que desgraciadamente fue perdiendo el volumen necesario que la vida demanda para generar alegrías, esperanzas, etc.
Un abrazo.