Mar 1 Feb 2011
El especialista en pumas
Posteado por Carlos Evasio Maggi en Humor
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Justo había comenzado el otoño, y la noche ya cubría con su manto oscuro al caserío del pueblo; mientras en el boliche, una decena de parroquianos arreglaba el mundo y vaciaba las botellas. Próxima a la ventana de la chusma, una mesa colocada contra la pared, allí sentados estaban dos tamberos, apodados en la zona como “Moscato” y “Ginebra”; ninguna bebida les hacía arrugar la nariz; y trabajaban para un importante chacarero del lugar.
En ese instante, trataban un tema urticante, lleno de misterios y riesgos, por eso la ansiedad iba en constante aumento y los impulsaba a consumir más de lo habitual, para lograr coraje. La cacería de pumas era la pasión del momento; pero no tenían ni la menor idea de cómo realizarla, sólo conocían el lugar, allá en el monte santiagueño. Por ahí se acerca el mozo y Moscato le pregunta:
-Che, dime ¿No conoces algún baqueano para los pumas?
-Sí- respondió el mozo-, aquel tipo acodado al mostrador, viene de Córdoba, y dice que es campeón en la cacería de pumas.
-Decile que venga, lo invitamos con una copa y que nos ayude- agregó Ginebra-
Así aconteció, y en pocos minutos arreglaron todo para realizar una excursión al monte. El día convenido, bien temprano, pasaron a buscar al “guía”, de nombre Arturo, y en el Rastrojero enfilaron rumbo al norte. En viaje normal y luego de cinco horas arribaron a destino, ya dentro del monte eligieron un espacio despejado para armar la carpa; pero como Arturo era un vago de remate, pronto dijo:
-Muchachos, instalen la carpa, yo voy a explorar el monte y defino, así, las direcciones que luego, cada uno, tomaremos.
Después aferró la escopeta prestada y se internó en la espesa vegetación. Habría caminado unos trescientos metros, cuando de repente un rugido aterrador sonó sobre su cabeza, levantó la vista espantado y vio en la punta de un árbol a un enorme puma, que amenazaba lanzarse sobre su humanidad. En un instante de zozobra lo mejor es escapar, por eso, en violenta reacción tiró la escopeta y a las piernas recomendó toda su energía. En tanto corría velozmente, y por detrás el puma casi lamiéndole los talones, en dirección del campamento, pensaba: “¿Y ahora qué les digo a estos crédulos? Porque no conozco un pito de cacería”. Sin embargo, como era un verdadero timador, enseguida elaboró una buena estrategia. Entonces, a medida que se acercaba a la carpa, ya armada, a toda velocidad y con el puma que lo perseguía; mientras Moscato y Ginebra miraban la escena con los ojos desorbitados; en “palomita” y desesperado se zampó en la carpa, con tal envión que rompio la lona del fondo y pasó al otro lado, al tiempo que gritaba: “¡Vayan cuereando este que ya les traigo el otro!”
¡¡Genial Carlos!! Te pasaste con este cuento, porque contiene mucha imaginación, buen gusto y respeto por el lector. Me encantaría que fueras docente de numerosos que se autotitulan «humoristas profesionales». Ademas deseo de corazón que te lea mucha gente, es mi forma de agradecerte.
Qué hermosoooooo. Incluso demostrás que de manera simple se pueden constuir cosas muy lindas. Dale para adelante con todo; porque nos regalas cultura y alegría, en este mundo empobrecido de valores fundamentales. Un gran saludo. Lucía.
Hermoso su cuento! Y mucha imaginación.
Me recuerda a los años vividos en la escuelita rural,junto a mis hijos en el cual tambien viviamos rodeados por un monte y animales de esta índole, por ente en un constante peligro.
Mis hijos mellizos en aquel entonces ( 4 añitos), observaban a traves de una ventana
jugar a los carrochos de pumas.
Al leer este cuento, me trajo nostalgias de veinticinco años atrás.
Debo mencionar que ellos tambien leyeron el mismo y les provocó gran sastifacción,alegrias y anecdotas diversas de aquella época que no olvidarán jamás.
FELICITO al autor, por su esmero ,perseve-
rante dedicación,y su contemplacion hacia la naturaleza.-
Hola Carlos:
Relindo este cuento. Es a lo Landriscina, quien siempre dijo:»cuando no hay seso para armar un relato de humor, entonces invade el sexo». Gracias.
Muy bueno Carlos. No hace falta caer en lo grosero para arrancar una sonrisa. Te felicito y aliento a que sigas por el camino que has elegido.. JPF
De casualidad entré a su blog, en buena hora porque me detuve enseguida en algo de humor, porque de las otras cosas( y malas) abunda hoy en día y le doy las GRACIAS por esta historia que me parece preciosa.