Con el propósito de seleccionar un asunto y luego tratarlo, aunque fuere de modo somero  pero sin perder de vista su importancia y, por ello, asignarle en ese instante  un estudio básicamente adecuado. Primero es menester elaborar una buena dosis de concentración, luego escudriñar razonablemente en la amplitud de nuestro pensamiento. Sin embargo, este propósito jamás constituiría una tarea compleja ni gravosa. Pues representa una forma natural y apropiada de mejorar la vida y, por otra parte, está al alcance de todo el mundo, sin interesar demasiado el grado de erudición que cada uno posea. Entonces, todo el impulso necesario deviene únicamente de la propia voluntad. Y en cuya misión  coadyuva el intelecto como factor que encausa el destino de manera ajustada a nuestro sentimiento.

Y con mayor énfasis aún, si partimos de algunas frases que son verdaderos faros de proa, pertenecientes a destacadas personalidades que tanto aportaron al entendimiento universal de las cosas capitales para caminar por la vida de manera óptima. A continuación algunos ejemplos, Franklin Roosevelt, solía afirmar: “En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada”. Y por su parte, Leonardo Da Vinci, aseveraba: “El que piensa poco, se equivoca mucho”. (más…)