El tiempo es la representación de la eternidad en movimiento. Y en esta misma dinámica va dejando su impronta, que podría ser superficial o profunda. Sin embargo, no todo realiza el tiempo al transcurrir, sino que el ser humano también hace su aporte. El cual no siempre sintoniza con las formas del tiempo, puesto que el mayor interés del  hombre radica en la propia conveniencia,  algunas veces basada en errores de criterio y en otras, por depender exclusivamente  de su  egoísmo personal, cuyo motivo podría  colisionar  inclusive con la sincronización general creada por la perfección del Universo. Es decir que, de este modo, el hombre define una diferencia básica respecto al comportamiento de animales y vegetales dentro  del medio natural que les dio la vida,   donde  a cada uno brinda los medios necesarios para su normal  existencia. Y al final, a todos por igual asigna un sitio en el tránsito a la eternidad. (más…)