Lun 19 Ago 2019
Moscú
Posteado por Carlos Evasio Maggi en Propuestas
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Moscú es la capital de Rusia, y también el ente federal más poblado del país, con 13.000.000 de habitantes. Es inclusive la mega ciudad más septentrional de la Tierra y la segunda de Europa, luego de Estambul. Ubicada a orillas del río Moscova. Y en su punto más céntrico, sobre un costado de la Plaza Roja, se sitúa el Kremlin, una verdadera fortaleza donde hallaremos el puesto de trabajo del Presidente ruso, más la sede del Parlamento y múltiples dependencias nacionales. Cuyo complejo edilicio figura en un predio de 28 hectáreas de superficie, y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por otro lado y desde el punto de vista político, Moscú fue la base enigmática del otrora comunismo, que inició con el derrocamiento del último zar, Nicolás II, en el año 1917, por la Revolución Rusa la cual instaló en el poder a los bolcheviques comandados por Vladimir Lenin. Proceso que se extendería durante el período 1917-1991.
Sin embargo, al disolverse la Unión Soviética a fines de 1991 aparece la Federación Rusa, a través de la cual se intentó fundar una economía de mercado, y de este modo abandonaron la planificación centralizada, la propiedad estatal y las entidades cooperativas que integraban la base de la organización económica soviética. Y en cuya continuidad hasta hoy día no está bien definida la evolución de las instituciones federales, pues el Poder ejecutivo sigue ejerciendo gran influencia sobre el Parlamento, los gobiernos regionales y la sociedad civil, en general. Con todo y pese a esa tendencia política, se observa en los usos y costumbres de los rusos más jóvenes , en especial, una vida marcadamente “capitalista” , en la que operan grandes firmas americanas y europeas localizadas, por ejemplo, en el imponente complejo comercial denominado GUM, ubicado sobre la Plaza Roja, y en el lado opuesto al Kremlin. O el Okhotny Ryad Shopping Center, enorme y extraño espacio comercial subterráneo, situado por debajo de los jardines de Alexander, justo al lado del Kremlin y vecino al km “0” de Moscú.
Y si arribamos a Moscú en aéreo, desde cualquier lugar del mundo, conviene aterrizar en el aeropuerto internacional Sheremétievo. Luego, si el viajero deriva de lejanas tierras, además es detallista y organizado, debería tener definido de antemano el medio de traslado al hotel (que suponemos en el sector céntrico o próximo a él) ¿Para ello qué es lo mejor? Pactar un transfer o taxi en el mismo instante de la compra general del viaje. En este caso es probable que sea un poco más oneroso el costo. Pero si usted ignora totalmente el idioma del lugar y necesita hallar las paradas de los medios públicos adecuados para trasladarse al hotel, sin dudas tal cometido se tornará un suplicio, y más aún si los años acumulados en el cuerpo ya hacen sentir su fastidioso efecto. Por lo tanto, no deberíamos caer en la complejidad donde inclusive ni un celular de última generación servirá lo suficiente.
Por otra parte, en Moscú resulta imposible alojarse a menos de 10 “cuadras” (la cuadra tiene 100m de largo, según usos y costumbres de algunos países americanos), de la Plaza Roja. Salvo que su búsqueda esté direccionada a hoteles 5 estrellas únicamente. Pero no es para preocuparse demasiado, puesto que entorno a los 2 km de dicho punto de referencia, existen hoteles, de cadenas internacionales, con 3 ó 4 estrellas. Los cuales ofrecen excelente calidad, tanto en los servicios, cuanto en las condiciones edilicias. Luego caminar y caminar se tornará, sin dudas, en otro de los grandes placeres del viaje ¿O acaso habría otra manera de grabar, en forma indeleble y duradera, las enseñanzas que ofrece cada lugar, por la acción de andar a pié y meditar por cada cosa que nos despierta el interés?
Por otro lado, Moscú se muestra como una ciudad limpia, ordenada y muy segura. Para ello, con policías por doquier, cuyos rostros manifiestan que no están dispuestos a aceptar la desnaturalización del orden público. Por consiguiente, en el preciso instante de la breve meditación al respecto, algo vino a mi mente, y relacionado con lo que sucede en mi país, pero sobre ese tema preferimos guardar silencio.
Y en el aspecto turístico y cultural, ubicamos en los primeros planos a la Plaza Roja y su entorno. Entonces imaginemos que ingresamos a dicha plaza desde su costado sur, con tal propósito necesitamos cruzar dos causes paralelos, distante unos 100 metros uno de otro, y que corresponden al río Moscova. Este traspaso es posible mediante un largo puente, que actualmente se halla en reparación. Y desde este lugar ya tendremos ante nuestros ojos una imagen espléndida y monumental, la Catedral de San Basilio. A la cual debemos ingresar a pesar de ser un tanto gravoso el costo (16 dólares), pues holgadamente vale la pena, y más aún cuando en una de sus múltiples dependencias escuche la breve actuación de un coro de cuatro integrantes profesionales que “cantan como los dioses”. En ese instante, seguro que cualquier viajero “padecerá” una pisca de emoción por su pago, allí donde reside su familia, ahora tan lejano.
Luego seguimos andando por la Plaza mencionada, de 330 m de largo por 70 m de ancho, cuyo suelo se halla cubierto completamente por adoquines un tanto rústicos. Desde esta zona veremos a nuestra izquierda una gran muralla roja, de 5 a 19m de alto, según la configuración del terreno y cuyo espesor varía de 3,5 a 6,5 m. En esa estructura se encuentran sepultados el astronauta Yuri Gagarin, algunos líderes del comunismo URSS, por ejemplo, Lósif Stalin. Incluso un escritor norteamericano, llamado John Reed; más algunos jefes militares. En otro orden, y por sobre esa enorme pared, vista desde la Plaza Roja, asoman algunas de las múltiples secciones del Kremlin, de las cuales conviene visitar la Plaza de las Catedrales, donde veremos cuatro Catedrales, y es el sitio en que se realiza la ceremonia de toma de posesión del Presidente ruso. Además, allí veremos el Cañón Zar Pushka, de 38 toneladas de peso, y puesto en servicio en 1586. Incluso, es posible apreciar la Campana del Zar, que pesa 216 toneladas, de 6,6 m de diámetro y habilitada en el año 1733.
Y si volvemos a la Plaza Roja, propiamente dicha, en su mitad longitudinal hallaremos el Mausoleo de Lenin, cuya entrada es libre. En el lado opuesto, se ubican las grandes tiendas GUM, donde exhiben gran variedad de productos de reconocidas marcas mundiales, pero es imposible descubrir precios bajos. Y muy cerca de la Catedral de San Basilio, existe una construcción circular, de unos 13 m de diámetro por 2 m de alto: “el Patíbulo”, construido en torno al 1549. Pero no se asusten, pues este sitio nunca se empleó para las ejecuciones, sino que fue ámbito destinado a publicidad del gobierno. Y ahora, muchos son los viajeros que arrojan monedas en su interior al tiempo que piden por un deseo. Al final, en el extremo opuesto a la Catedral de San Basilio, se ubica la Catedral de Kazán, y en una de sus dependencias exponen un libro de gran tamaño en el cual el visitante podría dejar su impronta reflexiva de ciudadano del mundo. Además, en ese sector está el Museo Estatal de Historia y de manera perpendicular podremos observar una enorme pared con dos pórticos, cuyos dinteles son notoriamente redondeados, mientras que uno de ellos está siempre abierto. Y apenas lo trasponga, tendrá en el suelo una figura que manifiesta el km “0” de Moscú. Luego, unos 60 m más adelante, sobre la izquierda y debajo de los jardines de Alexander, encontraremos el centro comercial Okhotny Ryad, del cual solo tres cúpulas de cristal afloran levemente en la superficie de dichos jardines.
A continuación, damos la espalda al km “0”, caminamos unos 150m y giramos, por una ancha avenida, hacia la derecha. Y en solo 200m estaremos frente al universalmente famoso teatro Bolshói, donde sugerimos ingresar con visita guiada, pero es posible solo la asistencia grupal en idioma inglés o ruso que lleva a cabo el personal especializado del mismo teatro, con algo más de una hora de duración. Posterior a deleitarnos con esa imagen cautivante, regresamos al punto de partida inmediata, desde allí pasamos por detrás del Kremlin, y en la mitad aproximada de su estructura, veremos una pequeña plazoleta toda pavimentada, en ese lugar giramos hacia la derecha, y de este modo emprenderemos hacia la codiciada avenida New Arbat, de unos 2,5 km de extensión, donde podremos disfrutar de múltiples negocios y gran diversidad de rubros. Incluso son frecuentes las cafeterías que muestran convidantes ornamentaciones. Y como epílogo de esta descripción vertebral, sugerimos agregar la visita de algunas estaciones del metro que son increíblemente encantadoras y, por ello, imperdibles: Kurskaya, Novoslodskaya y Belorusskaya.
Por sobre cualquier idea, no piense el viajero que podrá comunicarse fácilmente con un ciudadano ruso, pues por más que aflore la buena voluntad, la realidad superará al deseo. Aquí, tampoco el celular podrá depararle una solución suficiente, tanto como podrían haberle sugerido en algún comentario anterior al inicio de esta aventura. También es verdad que en ciertos negocios hallará la atención de personas que hablen otros idiomas, aunque sea de manera chapuceada, igual será muy útil. Por otro lado, si realizamos esta aventura general empleando los servicios de una empresa turística, en buena medida este problema no existe, porque el guía asignado supera casi cualquier escollo idiomático. Pero, si por el contrario, el proyecto de este viaje contempla desplazarse por cuenta propia del interesado, entonces resulta básico el estudio previo, a través del street view, para conocer los caminos que conducen a cada uno de los lugares seleccionados. Y si el viajero posee una buena memoria visual, entonces aseguramos que vivirá una especie de encanto adicional, pues allí descubrirá cuál es el verdadero secreto para que cada impronta permanezca por siempre en su memoria.
A modo de cierre deseamos añadir que nuestra motivación consistió únicamente en acercar al lector una opción ilustrativa que contemple, sobre todo, los sitios de mayor importancia según la propia valoración y con una estadía menor a la semana. En consecuencia, nunca pretendimos abarcar todas las opciones, turísticas y culturales, que ofrece esta bella y enorme ciudad.
Hola Carlos. Te aseguro que leí con mucho interés tu presentación. Y dos cosas me interesaban, el comportamiento social y el regimen político que allí impera, y veo con alegría, en esto último, que ya nada queda del sistema anterior. Un CHAPO !!!!!
Muchas gracias Carlos por exponer una síntesis informativa con exquisito gusto. Saludos.
Buen día Carlos. Te aseguro que leí varias veces tu exposición y, en cada una, me llenó el alma de esperanza por su contenido. Esperanza que es terreno fértil para todo aquel que ama la libertad y el trabajo. Por todo eso le mando un abrazo de alegría en la distancia.
Hola. Por lo que leo, nada queda del comunismo. Y solo la nostalgia de los trasnochados empaña el horizante. De verdad, una bendición!!