Mar 15 Ago 2017
Confusión
Posteado por Carlos Evasio Maggi en Reflexiones
[9] Comentarios
En la confusión es muy difícil discernir fielmente las realidades a través de los pensamientos y luego con las palabras. Ya sea que se trate de bienes, colores, sabores o solo de conceptos generales. En consecuencia, aquí corresponde advertir con razones que incluso el silencio es salud, tal como reza un antiguo apotegma, pues si a pesar de la condición descripta emitimos valoraciones, tenderíamos inexorablemente a la necedad, por lo cual Marco T. Cicerón manifestó, hace tiempo ya: “La necedad es la madre de todos los males”.
Sin embargo, existen situaciones en que la confusión posibilita algunas ventajas o beneficios. Y es cuando quienes la promueven a sabiendas, con ella logran colmar sus ambiciones personales. En este caso, el mismo personaje del pensamiento histórico, haciéndose eco de la realidad expresó: “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”. Por ello, elegante, útil y honesto sería efectuar manifestaciones aseverativas desde un estado de ánimo adecuado por el pensamiento que se funda en la verdad, que no siempre coincide con el mayor interés personal de quien lo expresa. Todo lo cual, sin dudas contribuye a enaltecer la condición social del conjunto porque fomenta naturalmente los atributos para una óptima convivencia.
Luego, desde esa perspectiva no importa tanto si nuestras expresiones se refieren a temas triviales, pasatistas o jocosos. Pero cuando aludimos a situaciones de entidad básica no deberíamos opinar ni difundir información que en esencia no es verídica, dado que configura un modo de propagar conocimientos falsos o inexactos, con implicancias imaginables.
Por consiguiente, a partir de la anterior consideración, nos referiremos a una cuestión en particular, pero prescindiendo absolutamente de cualquier intencionalidad política o partidaria, pues lo único que nos motiva, desde este lugar de cultura, es la verdad histórica. Por ello, resulta incomprensible la confusión que adolecen múltiples individuos, integrantes de sectores políticos, periodísticos, gremiales o, simplemente, de parte del ciudadano común. Y dicha confusión se refiere a que la filosofía general del movimiento peronista verdadero no es igual a la del menemismo y, menos aún, a la del kirchnerismo. Pues difieren, y a veces diametralmente, del peronismo original. Al parecer, no habría más razones para tal confusión que el desconocimiento básico de los acontecimientos del pasado, o el manejo de un fructífero negocio de estrategias.Ante las dudas sobre la anterior composición de la realidad, y a los fines de ampliar el conocimiento, sugerimos iniciar la búsqueda de la verdad a través de la historia escrita por alguien que realmente haya vivido aquellos tiempos. Por otra parte, creemos que explicar el contenido de aquellas diferencias, aparte de una perogrullada, define una incursión que no contempla el espíritu cultural de este espacio. Por lo tanto, al respecto solo marcamos el inicio del camino, después proponemos a los lectores que busquen información fidedigna, con el fin de diluir la confusión y, más tarde, podrán emitir opiniones que resultarán constructivas si orillan la autenticidad. Al respecto Aristóteles aseguraba: “La realidad es la única verdad”.
Finalmente, es en la confusión que unos cultivan el desconocimiento histórico. Y otros se apropian de fundamentos doctrinarios que pertenecen a un movimiento diverso, pues allí observaron un campo orégano para lograr ventajas destinadas a cautivar una buena parte del pueblo, esa que precisamente suele integrar la franja más vulnerable de la sociedad.
Es una gran verdad lo que usted escribe. Yo tampoco comprendo el «error». Si fuera que se trata de un político que hace su negocio, se justifica en cierta medida, pero en un periodista o un analista político-social es inconcebible tamaño desconocimiento. Muy buena su presentación.
Buen día. Sucede eso porque uno dice y los demás siguen, es una tendencia lógica de la masificación.Por eso, la tarea de pensar, es una tarea demasiado pesada, por eso tan pocos la emprenden, tal como usted ilustra en una de sus últimas presentaciones. Luego la masificación hace brillar la ignorancia. Es sicología elemental.
Es una santa verdad lo que plantea aquí. Porque viví aquella época y es la que se refiere siempre Julio Bárbaro. Entonces no entiendo la confusión cuando no es por guita.
La verdad es que no se donde esta la diferencia. Tdo tiene la misma base y menos si le preguntamos al que nombra. Nosotros somos de ley y punto.Espero que publique mi idea. Gracia.
Qué quiere que le diga, para mi el que me precede vive en «otro país», muy lejos de la Argentina democrática. Saludos.
Sobre lo que no quedan dudas, es que vertiginosamente se están destruyendo los valores que promueven una vida digna en sociedad. Tales como el trabajo, el estudio, la sinceridad, más honestidad, sacrificio para cultivarse y enfrentar la vida de la mejor manera, etc. Dicho en lunfardo: «Cambalache», la letra de ese genial y premonitorio tango.
Sin dudas que esa es la verdad. Entonces invito a leer esta presentación… no es malo desburrarse.
No deja de asombrarme lo poco que entiende el vulgo y cómo algunos utilizan eso para hacer el «negocio».
Para usted que ofrece conocimientos sin pedir nada a cambio un cordial saludo.
Adhiero a las palabras del señor Dardo. Y su escrito es sencillamente magnífico, por la inmensa verdad que contiene. Saludos.
Permítaseme una manifestación de manera familiar: ¡¡¡Mamita, qué linda exposición !!!! Y digo linda por certera, honesta y breve.Valores que escasean demasiado en estos últimos tiempos.
Un cordial saludo para el Autor de este espacio.