EL-PAPA-FRANCISCOUno camina por este mundo tratando siempre de proyectar y, a la vez, justificar la propia existencia; pero una existencia fructífera no es pensar todo el tiempo en nosotros mismos y  sólo en nuestros intereses personales, o cuando  apenas extendemos esa preocupación a nuestra familia y basta; porque si ampliamos el horizonte en la misión de vivir e incluimos al prójimo en nuestros propósitos a través de actos solidarios, altruistas; entonces comenzaríamos por interesarnos en los demás y ayudando de cualquier modo a quienes realmente lo necesitan, con procedimientos colectivos o individuales. Entre los primeros están los que podemos desarrollar en beneficio de instituciones que albergan niños, ancianos o desvalidos; y en cuanto a los individuales, incluimos aquellos menesterosos por cualquier causa económica o, simplemente, a los que tienen el alma llena de soledad.

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